En un memorando emitido por la organización, que fue ampliamente criticado por Israel, Türk afirmó que “la situación de hambre, hambruna y escasez es el resultado de restricciones generalizadas a la entrada y distribución de ayuda humanitaria”.
Según él, las decisiones israelíes desde el comienzo del conflicto están directamente relacionadas con «el desplazamiento forzado de la mayoría de la población, así como la destrucción de infraestructura civil básica».
«Literalmente no queda nada»
“El alcance de las actuales restricciones a la entrada de ayuda a Gaza, junto con la forma en que se está haciendo [Israel] Türk advirtió que la continuación de las hostilidades puede equivaler al uso del hambre como medio de guerra, lo cual es un crimen de guerra.
Jens Laerke, director de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), subrayó que los criterios para una hambruna grave “es posible que ya se hayan cumplido en el norte de Gaza”. Manifestó que desde hace semanas la gente comenzó a comer semillas, alimento para animales, pasto y maleza. «Literalmente no queda nada».
Larkey advirtió que si no hubiera un aumento en las entregas de alimentos a la región, probablemente tendríamos «más de 200 personas muriendo de hambre cada día».
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