Los refugiados se comen sus caballos para sobrevivir en Gaza

Para no morir de hambre en Gaza, Abu Jibril sacrificó sus dos caballos, sin atreverse a contar a su familia y vecinos la comida que les ofrecía.

Este granjero palestino de 60 años, que se refugió en el gran campo de desplazados de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza, dijo a la AFP: «No tuve otra opción y maté los caballos para alimentar a los niños».

La guerra le quitó todo. Desde que comenzaron los combates en octubre, el conflicto ha destruido su casa y sus campos en Beit Hanoun, en el extremo norte de la Franja de Gaza, y la familia se vio obligada a trasladarse al campo de Jabalia, a varios kilómetros de distancia.

Antes de la guerra, Jabalia era el mayor campo de desplazados de la Franja de Gaza, habitado por más de 100.000 personas hacinadas en una superficie de 1,4 kilómetros cuadrados, según Naciones Unidas.

Desde entonces, han logrado sobrevivir en una tienda de campaña montada por Jibril junto a una escuela antiguamente dirigida por las Naciones Unidas y donde se han asentado otros miles de desplazados.

Jibril dijo que lograron sobrevivir a los combates, pero «ahora es el hambre lo que está destruyendo vidas». (AFP)

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