El canal cubre la guerra entre Ucrania y Rusia sin aportar la misma dimensión a conflictos anteriores
28 de agosto
2024
– 14:34
(Actualizado a las 15:50)
¿Qué hizo Luciano Huck en Ucrania? Fue bastante extraño ver a un presentador de espectáculos en una zona de guerra entrevistando al presidente Volodymyr Zelensky.
Basta prestar atención a los detalles de la situación para comprender la valentía del artista al ponerse en peligro: es de origen ucraniano y judío, al igual que el político que conoció.
Hay un maravilloso sentido de pertenencia y de esfuerzo por honrar los orígenes. A través de la genealogía, Huck está conectado con esta guerra. También hay un interés profesional: una conversación con uno de los hombres más respetados del planeta, un objetivo de la energía nuclear rusa, debería tener buenas repercusiones para Globoplay.
Los esfuerzos del comunicador y su equipo, que tuvieron que ponerse a cubierto de los ataques a Kiev, contrastaron con la complacencia mostrada por la prensa de Globo. Hasta ahora, ningún presentador o reportero de la emisora ha ido a la capital ucraniana para entrevistar a Zelensky, una de las figuras más importantes de la historia contemporánea.
Hubo una conversación cara a cara del corresponsal freelance del canal y documentalista Gabriel Chaim, y una grabación de una videollamada de Raquel Krähenbühl, desde Washington.
En otras ocasiones, el periodismo de Globo abordó más frontalmente los conflictos en el extranjero. Recuerdo a Ana Paula Padrão en el Afganistán controlado por los talibanes, donde enfrentó peligros adicionales por ser mujer; Pedro Bale en la Guerra de Bosnia y Marcos Ochoa entre la artillería en Irak.
La emisora también destacó cuando informó sobre la guerra Irán-Irak con varios equipos sobre el terreno – entre los profesionales se encontraban los periodistas Hermano Henning y Ernesto Paglia – e incluso logró realizar una entrevista exclusiva con el entonces dictador Saddam Hussein.
Después de expulsar a la mayoría de los veteranos y mantener a corresponsales en el extranjero que pasaban más tiempo en el estudio frente a un teleprompter que viajando para informar sobre lo que sucede en ellos, Globo perdió su actividad en la cobertura de las grandes guerras.
Sí, enviar reporteros al frente es costoso y peligroso, pero es parte del lastre de un canal de televisión que siempre ha priorizado el periodismo. La hazaña de Luciano Haack en Ucrania pone de relieve, por tanto, la cobertura descabellada y, en ocasiones, burocrática que la principal emisora ofrece a sus espectadores en torno a uno de los mayores enfrentamientos bélicos de este siglo.
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