El sector de los vehículos eléctricos está experimentando una especie de “efecto BYD”. El innovador diseño de los modelos de la marca china, primer fabricante mundial de vehículos eléctricos, llama la atención de los consumidores.
Además de ser útil para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, la nueva tecnología permite a los fabricantes de automóviles crear diseños más atrevidos para sus automóviles.
“Una vez que la electrificación se convierta en un sistema común, los automóviles tendrán una apariencia cada vez más premium, y este es un factor atractivo para los consumidores”, afirma Fabio Delatorre, profesor de ingeniería eléctrica de la Fundação Educacional Inaciana (FEI). «No todos los fabricantes de automóviles están en este camino, pero una gran parte de ellos sí».
La razón de esta audacia es que Versiones eléctricas No dependen de una serie de componentes que se encuentran en los coches de combustión. Por ejemplo: motor, tanque de combustible, radiador, transmisión y escape. Así, con un número mucho menor de piezas, los centros de estilo de marca pueden desarrollar más creatividad.
Mientras tanto, los coches eléctricos tienen lo que se conoce como “monopatín”, un suelo plano y uniforme que alberga la batería y los motores. “Esto sirve como base para cada vez más Gente creativa«Es contrario a la imagen que tenemos del coche hoy», dice DeLator.
Preocupación y diseño medioambiental.
Según una investigación realizada por la consultora Ernst & Young, lo que determina la compra de un coche eléctrico son las preocupaciones medioambientales. Sin embargo, la mayoría de las 13.000 personas entrevistadas también destacaron la importancia del diseño.
En este aspecto, la cuenca en Brasil tiene un nombre: BYD Dolphin. Como si su precio competitivo (R $ 150.000) no fuera suficiente para la cantidad de tecnología que ofrece, el diseño de este modelo es uno de los mayores activos destacados por los consumidores.
Para Maximilian Missoni, jefe de diseño de Polestar, marca propiedad de Volvo, el cambio de diseño mejora la percepción que los conductores tienen del propio vehículo.
«Un coche potente, que quema combustible y emite gases calientes, conlleva una cierta sensación de peligro», explica. Con la electrificación, este componente ya no existe. Pero cambiar el diseño no significa adoptar métodos complejos. Al contrario: las marcas eligen líneas limpias. Un ejemplo es la parrilla delantera, que es más lisa. Esto se debe a que la batería requiere menos refrigeración que un motor convencional.
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