abril 20, 2024

Síndromes ‘delirantes’: los pacientes fingen síntomas de enfermedades y trastornos mentales – Estilo de Vida

Síndromes ‘delirantes’: los pacientes fingen síntomas de enfermedades y trastornos mentales – Estilo de Vida

El término síndrome de Munchausen fue acuñado por el médico inglés Richard Usher en 1951 para describir a las personas que deliberadamente fingen síntomas físicos para recibir tratamiento. Una forma del trastorno es el síndrome de Munchausen por poder, cuando una persona simula la enfermedad en un tercero, más comúnmente en niños, cuando un adulto, generalmente la madre, fabrica síntomas con el objetivo de llamar la atención sobre sí mismo.

Un caso muy conocido es el de la estadounidense Claudine «Dee Dee» Blanchard y su hija, Gypsy Rose. La madre inventó innumerables enfermedades para su hija, desde asma y leucemia hasta anomalías cromosómicas. Debido a los muchos medicamentos que tomó Dee Dee, Gypsy terminó enfermándose. La niña, a quien su madre le afeitó la cabeza varias veces para simular la quimioterapia, perdió incluso los dientes y vivía en un constante estado de confusión mental.

Hasta 2015, cuando cumplió 18 años, Gypsy se dio cuenta de la situación y decidió renunciar, convenciendo a su entonces novio de matar brutalmente a su madre. Cumple cadena perpetua y su liberación está prevista para 2024.

El síndrome de Munchausen es el clímax de los llamados trastornos ficticios, que son esencialmente la misma condición, pero en una forma leve. Mirando de cerca, algo similar parece estar creciendo estos días, pero con trastornos mentales simulados, con el objetivo de justificar conductas inapropiadas, incompetencias, eludir responsabilidades o simplemente llamar la atención.

Son personas sanas, pero afirman, por ejemplo, que tienen compras compulsivas —para justificar su irresponsabilidad económica— o padecen TDAH o síndrome de pensamiento acelerado —por pura falta de paciencia o incluso pereza para pensar o aprender— y falsifican muchas otras condiciones mentales como excusas para recibir algún tipo de trato diferenciado.

Sin embargo, al creer que los diagnósticos falsos les traerán beneficios, como más atención o menos demandas, estas personas están perdiendo oportunidades reales de aprendizaje, crecimiento y una vida exitosa, creyendo que la estrategia funcionará para siempre. Estas son las personas que, a la manera del final brutal de Dee de Blanchard, matan su propio futuro, tal vez alentando a otros a hacer lo mismo.

Cuando nos enfrentamos al aterrador crecimiento de las enfermedades, síndromes y trastornos mentales, no cabe duda de que nuestra sociedad está enferma. Sin embargo, además de atender a los verdaderamente enfermos, los profesionales de la salud tienen que lidiar con pacientes «falsos», que se llenan de trastornos inexistentes en un intento de llenar vidas vacías.

Este análisis es solo una pincelada superficial sobre un tema que necesita ser profundamente estudiado, discutido y difundido, para que la moda de los falsos síntomas no se convierta en una verdadera epidemia.