marzo 29, 2024

Moscú reveló que Bolsonaro vota por sus electores, diariamente – 16/02/2022

Recluido con la necesidad de mostrarle a su base que todavía tiene aliados, jair bolsonaro Abandonó algunos de sus lemas favoritos, algunas de sus estrategias recurrentes y algunas de sus creencias para hacerse una foto con un líder internacional, Vladimir Putin.

A su llegada a la capital rusa, el mandatario lució una mascarilla, prenda que ya se ha quitado de las caras a los niños en Brasil. Una sustancia protectora que afirma está «prohibida» en su entorno. Una máquina que podría salvar miles de vidas, incluso desde su base más extrema.

Bolsonaro también se vio obligado a someterse a una serie de pruebas antivirus, las mismas pruebas que despreció e ignoró cuando ideó la supuesta estrategia de Brasil para enfrentar la pandemia.

La libertad del ingenuo Bolsonaro -a menudo defendida por la extrema derecha- parece haber llegado a su fin en Moscú. Sus salidas fueron limitadas y los rusos exigieron que permaneciera dentro de una «burbuja», creada precisamente para no representar peligros para la población.

Ni siquiera necesitaba que los herederos de la KGB supieran que en su paso por Nueva York, miembros de la delegación brasileña dejaron una retahíla de casos positivos.

Fue un presidente irreconocible y alejado de lo que llamó dictadores, al tomar medidas de distanciamiento social por la pandemia. Ahora, cuando estaba con un verdadero gobernante tiránico, lo llamaban «mi amigo».

Si Itamaraty sabía en el punto álgido de la crisis entre Brasilia y Nicolás Maduro que el régimen venezolano solo podía sostenerse gracias al apoyo de Putin, Bolsonaro parece haber usado la memoria selectiva al hablar con los rusos. El tema ni siquiera fue incluido en el comunicado final emitido por los dos gobiernos. En su lugar, una perspectiva de acercamiento militar entre estados.

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En Moscú, Bolsonaro logró lo estipulado. No había otra opción, si quería que la imagen atrapara a Vladimir Putin, además de dar referencias a los grupos bolsonaristas más radicales y al negocio agrario.

Al contrario de todo lo que ha dicho desde el comienzo de su administración sobre su alianza con Estados Unidos, Bolsonaro insinuó una palabra cuidadosamente elaborada de que podría alejarse de un esfuerzo de Estados Unidos en el escenario internacional.

No pasó mucho tiempo antes de que surgieran las contradicciones, con el ex ministro Ernesto Araujo denunciando el acercamiento de Brasil al proyecto chino-ruso. Este es exactamente el canciller que apostó por Bolsonaro para «salvar» Occidente, bajo la guía de Donald Trump.

La ironía de la historia, Bolsonaro incluso elogió al soldado soviético que luchó en la Segunda Guerra Mundial. Un militar en un gobierno comunista, esa ideología la quiere prohibir y eliminar.

Al final del viaje que reveló una falta de estrategia por parte de la diplomacia brasileña, queda una pregunta obvia. Después de todo, ¿quién es el verdadero Bolsonaro? ¿El que viajó a Moscú y siguió como un soldadito todos los protocolos establecidos, o los de la guardería?

¿O ninguno de ellos?