abril 20, 2024

Monstruo marino de la URSS: conoce el auto diseñado para matar, pero se convirtió en el «salvador» | Globalismo

Un vehículo de fabricación soviética fue noticia recientemente cuando un bloguero lo fotografió varado en la costa del Mar Caspio.

Una máquina de guerra diseñada para atravesar aguas y acabar con las fuerzas enemigas fue completamente eliminada cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991.

Sucede que hay otro ejemplar de esta raza casi extinta en otra ciudad, Nizhny Novgorod, a orillas del Volga.

Esta nave conocida como ecranoplano (una clase de avión pesado con características distintivas) es casi idéntica al monstruo del Mar Caspio, también conocido como «Lun».

Así, el barco alado Nizhny Novgorod, su hermano gemelo Derbent, fue diseñado para eliminar fuerzas hostiles volando rápidamente sobre un cuerpo de agua, debido a la presión creada por las alas gigantes ubicadas debajo de su cuerpo.

Sin embargo, a diferencia del «Lun», este modelo pasó de ser una máquina de guerra a un vehículo de rescate de emergencia y fue apodado «Spasatel» (Rescatador).

“Al principio era el mismo modelo, pero no tuvieron tiempo de completarlo y decidieron convertirlo en un barco civil”, explica Tatiana Alekseeva, ingeniera que participó en la construcción de ambos autos en la década de los 80.

“Así fue como el barco se convirtió en un gran hospital. Tenía 150 camas y, de ser necesario, podía transportar a 500 personas a la vez”.

Comparado con el «Lun», el «Spasatel» puede parecer menos intimidante, porque carece de misiles de crucero antibuque, que fueron retirados del servicio después de que el barco se convirtió para fines civiles.

Sin embargo, los dos se pueden comparar en tamaño. Spasatil mide 93 metros de largo y tiene una envergadura de 44 metros.

Fue capaz de alcanzar una velocidad de crucero de 550 km/h, sin igual por ningún otro barco pesado en ese momento.

Pero también fue abandonado en el momento de la disolución de la Unión Soviética.

Actualmente ubicado junto a una fábrica en Nizhny Novgorod, atrae a blogueros y fotógrafos como un ejemplo único de las aspiraciones de ingeniería soviéticas que nunca se hicieron realidad.