Este tipo de dieta es rica en pescado, aceite de oliva, almendras, cereales integrales, frutos secos, tomates y espinacas. Ayuda a prevenir o retrasar enfermedades, porque los alimentos de este plan nutricional contienen Omega-3, que actúa sobre el cerebro, mejorando la concentración, la memoria, el aprendizaje, la motivación, el estado de ánimo y la velocidad de reacción.
La dieta también contiene vitaminas, minerales y antioxidantes que protegen las células sanas del cuerpo de la oxidación provocada por los radicales libres (moléculas responsables del envejecimiento).
Otra investigación más reciente, realizada por investigadores de la Universidad Rush (EE. UU.) en 2016, demostró que la Dieta MIND también puede reducir el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad de Alzheimer.
Este plan de alimentación prioriza el consumo diario de verduras, frutos secos, frijoles, pescado, aves, cereales integrales y aceite de oliva. La recomendación es evitar las carnes rojas, mantequilla, ghee, queso, dulces, frituras y comida rápida.
Según los científicos, que siguieron a 900 personas durante cinco años, quienes seguían la dieta MIND tenían un 53% menos de riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y, cognitivamente, también eran tan jóvenes como si fueran 7,5 años más jóvenes.
Es importante destacar que no es sólo la dieta la que previene o retrasa la enfermedad. Hacer ejercicio, leer y evitar fumar y el consumo excesivo de alcohol también retrasan la aparición de la demencia. La mejor solución es mantener el cerebro activo, de tantas formas como sea posible.
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