Esperando pacientemente un vuelo a la volcánica isla del Atlántico medio a la que llama hogar, el empresario portugués Felipe Azevedo no puede ocultar su miedo. São Jorge, en las Azores, se prepara para lo que podría ser un gran desastre natural.
La isla de Portugal ha sido azotada por miles de pequeños terremotos en los últimos días y se teme que los más de 2.000 temblores registrados desde el pasado sábado puedan derivar en una erupción volcánica o un fuerte terremoto.
«Estamos todos muy nerviosos», dijo Azevedo, de 42 años, en la puerta del aeropuerto de São Miguel, la isla más grande de las Azores, a un corto vuelo de São Jorge. «Es un fenómeno para el que no estamos preparados… todos tenemos mucho miedo».
A Azevedo también le preocupa que la incertidumbre sobre la situación pueda perjudicar a su hotel, que aún se está recuperando del impacto del virus Covid-19.
«Está vacío y permanecerá vacío», dijo sobre el hotel. «Todos cancelan».
El Centro de Información y Seguimiento de los Volcanes de las Azores (Civisa) elevó este miércoles el Nivel de Alerta Volcánica a 4, en una escala de 5, lo que significa que existe una «posibilidad real» de que el volcán entre en erupción por primera vez desde 1808.
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