En Estados Unidos, la elección de Trump se disputará en las urnas y en los tribunales

Esta disposición, que históricamente se ha aplicado poco, prohíbe a quienes participan en rebeliones ocupar cargos federales. En este punto, dado que sólo se aplica en las primarias republicanas de Colorado y se decide por un estrecho margen de 4 a 3, la decisión aún está sujeta a apelación. Más bien, está a la espera del resultado del recurso presentado por la campaña de Trump ante los más altos órganos legales.

La realidad es que este tipo de desarrollo podría agregar complejidad a las ya complejas elecciones de 2024, cambiando la dinámica entre los sistemas político y legal. Independientemente del resultado, esta decisión ya ha energizado a la base de Trump. En cierto modo, ayuda a respaldar la narrativa de Trump de que es una víctima sistémica del sistema. Como de costumbre, Trump intenta sacar provecho de la situación: afirma que está siendo perseguido por las élites políticas del país y, al hacerlo, busca fortalecer su apoyo popular.

Las consecuencias de todo esto son catastróficas. La legitimación de las elecciones tiende a amenazar a las democracias al menos de tres maneras principales. En primer lugar, reduce la confianza pública en el proceso electoral, ya que los votantes pueden cuestionar la legitimidad de las elecciones y volverse escépticos respecto del sistema. En segundo lugar, esto intensifica la polarización política, creando un ambiente de conflicto constante entre diferentes grupos ideológicos. En tercer lugar, pone en peligro la independencia de los órganos electorales, ya que se puede considerar que las decisiones judiciales están influenciadas por agendas políticas en lugar de estar basadas en la ley y la justicia.

En este momento, sólo sabemos una cosa: las elecciones de 2024 en Estados Unidos serán interminables y no habrá un día fácil en Estados Unidos.