La historia del aceite de oliva se remonta a miles de años y la evidencia de su uso se remonta a la antigüedad. Además de ser un alimento básico de la dieta mediterránea, el aceite de oliva se utilizaba para aliviar el dolor y tratar heridas en las guerras antiguas. Sus beneficios se extienden más allá del ámbito culinario, con propiedades que contribuyen a la salud general del organismo.
Existen varios tipos de aceite de oliva disponibles para el consumo, cada uno con propiedades únicas. Por ejemplo, el aceite de oliva virgen extra se considera el más saludable, con un sabor y aroma distintos.
Virgo, aunque comparte beneficios similares, puede tener una acidez ligeramente mayor.
Por su parte, el aceite de oliva refinado, aunque conserva algo Ácidos grasosPuede perder parte de sus propiedades durante el proceso de refinado. Por último, el aceite de oliva es una mezcla de aceite refinado y virgen o de soja.
Las propiedades nutricionales del aceite de oliva son destacables, ya que contiene grasas monoinsaturadas, omega-9, vitaminas E, A y K, además de minerales como hierro, calcio y potasio. Sus compuestos antioxidantes son especialmente beneficiosos, aportando una serie de beneficios para la salud.
Uno de los beneficios más importantes de consumir aceite de oliva con regularidad es su capacidad para combatir infecciones. Los estudios demuestran que el aceite de oliva virgen extra contiene compuestos antiinflamatorios naturales que pueden aliviar el dolor crónico, comparable a la eficacia de medicamentos como el ibuprofeno.
Además, el aceite de oliva es conocido por su papel en la promoción de la salud cardiovascular. Los ácidos grasos monoinsaturados y los polifenoles contribuyen a reducir el colesterol malo y a prevenir enfermedades cardíacas, como lo demuestran numerosas investigaciones.
Otros beneficios incluyen proteger el cerebro del estrés oxidativo, mejorar los síntomas de la artritis reumatoide, fortalecer los huesos e incluso reducir el riesgo de depresión.
Aunque los estudios aún están en curso, existe evidencia prometedora que sugiere que el aceite de oliva puede ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer e incluso proteger contra ciertos tipos de cáncer.
Cuando se trata del consumo de aceite de oliva, la moderación es clave. No se recomienda comer más de dos cucharadas al día, preferiblemente sin calentar para conservar sus propiedades antioxidantes.
A la hora de comprar, es importante elegir aceite de oliva puro, envasado en recipientes oscuros para protegerlo de la luz. Con muchos beneficios comprobados, el aceite de oliva sigue siendo una opción saludable y versátil para cocinar y promover la salud.
Fuente: Guía Muriaé, con información de Viva Bem/UOL
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