abril 19, 2024

Descubre qué elementos de tu habitación pueden causar enfermedades a partir de su fecha de caducidad

A menudo pensamos que los artículos que compramos deben durar el mayor tiempo posible. Sin embargo, esto no es exactamente cómo funciona. Sin embargo, es importante saber Las cosas en tu habitación pueden causar enfermedades. Y sabiendo la durabilidad de las cosas para que siempre tengamos un ambiente limpio y saludable en nuestros hogares.

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durabilidad de las cosas

Algunas cosas no se deben usar después de su vida útil. Por ello, es importante saber cuándo desecharlos para mantener nuestra salud e higiene. En este sentido, a continuación se presentan algunos consejos para artículos que requieren cierto cuidado en cuanto a su durabilidad:

La ropa de cama en general debe durar un promedio de tres años. Esto se debe a que, a medida que envejecen, las láminas se convierten en escondites de ácaros y bacterias. Esto puede provocar alergias, acné, asma, etc.

Los animales de peluche pueden acumular ácaros felizmente. Si no puede deshacerse de ellos, asegúrese de lavarlos con agua caliente con frecuencia.

Con el tiempo, las almohadas pierden su forma, reduciendo así el apoyo para descansar la cabeza. Por lo tanto, para evitar que se agraven los ronquidos, los dolores corporales y de cabeza, y la acumulación de ácaros y bacterias, es necesario cambiar la almohada cada uno o dos años.

Este tiene una vida útil más larga, de 8 a 10 años en promedio. Sin embargo, es buena idea rotarlos de vez en cuando para que su forma no se vea afectada por el hecho de que siempre ocupan el mismo espacio en el colchón. Si comienza a combarse o a crear algunas formas irregulares, es una señal de que debe cambiarlo.

Como cualquier calzado, las plantillas absorben gran cantidad de impurezas y pueden convertirse en un auténtico caldo de cultivo para los microbios. Así, para evitar infecciones en los pies o las uñas, es importante lavarlos como máximo cada dos semanas y desecharlos después de un año de uso, en promedio.

También deben cambiarse cada año, ya que pueden acumularse bacterias que obstruyen los poros de la cara y los ojos. Tal evento puede causar varias ampollas y posiblemente infecciones oculares. Además, es importante limpiarlo una vez por semana.

Para evitar la acumulación de moho y ácaros que aumentan el riesgo de alergias y asma, es importante cambiarlo cada tres años. Además, se recomienda cambiar los filtros del purificador cada 3 meses para que estén siempre limpios.